Calle de Tarragona
18, 28045 Madrid, Madrid
España
«Yo soy cantautora y libre y puedo decir lo que me da la gana».
Con estas palabras extraídas de una de sus entrevistas con elconfidencial, se nos presenta en Rompeolas esta cantautora canaria, devota del country rock estadounidense –“es lo que más escucho, que se me perdone, no está muy de moda pero ese lenguaje del rock con raíces me gusta mucho”-, recuerda el folclore de la Romería del Socorro en su Güímar natal como la primera música que escuchó.
En sus letras se cuela algo de la irreverencia de Albert Pla para retratar la precariedad laboral, entre otros malestares vitales, con un lenguaje sencillo y espontáneo. La puesta en escena también remite a la vieja picaresca de los juglares para denunciar mediante la burla los desmanes cometidos desde arriba.
“No me río del poder, porque lo que hace no es como para reírse, pero sí soy partidaria de una visión crítica y fiscalizadora del poder por parte de quienes lo sostenemos, los contribuyentes. Esta idea tan asentada en las democracias del sur de Europa de que todo va bien cuando el gobierno se encarga y permite a los ciudadanos desentenderse es un error. La ciudadanía debe estar activa y organizada. Esto no es un síntoma de disturbios o disfuncionalidad, es el deber de los ciudadanos. Lo contrario me parece profundamente reaccionario, a un paso de una organización fascista de la sociedad”.
Con mucha emoción recibimos a Alicia Ramos en Rompeolas, que trae reciente su «Ganas de quemar cosas», primer e ilusionante disco de esta intérprete que no quiere que la condición sexual sea la tarjeta de visita de su música. “Soy una mujer transexual que hace canciones pero no le dedico mucho tiempo a ser transexual, le dedico más tiempo a las canciones. Como si ponen cantautora canaria o flaca o morena, son categorías similares. Es importante visibilizarlo, pero no hago bandera de ello. Mi activismo en el tema transexual está enfocado en otro sentido: soy voluntaria en una asociación de familias de menores transexuales, que no tienen el mismo acceso al ejercicio de sus derechos que el resto de niños y niñas”.
Los conciertos de Alicia Ramos suceden en escenarios de todo pelaje: la calle, bares, casas okupadas,… El callo se hace sobre cualquier tabla, aunque haya notables diferencias. “Hace poco toqué en un teatro, con todo a mi favor, luces, sonido y da gusto escucharse así. Pero suelo tocar en centros sociales, en actos feministas y es otra cosa, tiene otro valor. Está muy bien tocar en unas condiciones favorables, pero a veces actuar con todo en contra y funcionar te confiere otro significado. Me gustaría tocar siempre en esos espacios pero con un sonido de puta madre pero no es viable”.
Este próximo viernes 18 de marzo la tendremos en nuestro humilde y acogedor escenario de Rompeolas, esperando que os guste.
“Me influyó muchísimo Silvio Rodríguez en su momento, hace treinta años. John Denver me gustaba mucho, era soso pero tenía patrones que yo podía reconocer fácilmente. Era como un cuaderno Rubio. También Deep Purple y todas las bandas de Ritchie Blackmore, pero evidentemente no he ido por ahí”, resume sus influencias.
Otros como Frank Delgado y Carlos Varela, de la Novísima Trova Cubana, Fito Páez, Lucinda Williams o Andrés Calamaro ayudan a entender el universo, entre el rock y la canción de autor, de una artista para la que escribir canciones es uno de los mayores placeres.
Pero en sus actuaciones también lucen las canciones de amor y desamor. Aunque no siempre y no sea ella exactamente sino Alice Bouquet, un alter ego que canta en inglés. “Sale en los conciertos cuando me apetece. No sé explicarla, representa una parte de mí que no es interesante para la mayoría de mis oyentes… Aunque las canciones de la cabrona son muy buenas, tienen melodías mejores que las de mi repertorio. Me gusta esta tía y su historia, tiene miga, algún día haré un disco con sus canciones”, afirma.